¿Puede un estoico jugar videojuegos? La filosofía estoica en el mundo de los videojuegos.

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Los videojuegos, antes considerados un simple pasatiempo infantil, ahora ocupan un lugar central en la cultura y el entretenimiento global. Con narrativas complejas, mundos inmersivos y comunidades activas, pueden ser una fuente de diversión, desafío intelectual e incluso aprendizaje.
Pero para quienes practican o simpatizan con el estoicismo, surge la pregunta: ¿jugar videojuegos se alinea con los principios de esta filosofía? La respuesta no es simplemente “sí” o “no”, sino que requiere reflexión, moderación y autoconciencia.



O Estoicismo e a Gestão do Tempo: Lazer com Propósito

Marco Aurélio escreveu:

No pierdas más tiempo discutiendo sobre qué debería ser un buen hombre. Sé uno.

El mismo razonamiento se aplica al ocio: no basta con simplemente “pasar el tiempo”, sino usarlo de una manera que aporte valor a la vida.
El estoico entiende que el tiempo es un recurso finito e irrecuperable. Si los videojuegos se consumen conscientemente —como una forma de relajación productiva o una actividad social positiva— pueden integrarse en una vida equilibrada.
Por otro lado, si los videojuegos se convierten en una vía de escape constante de las responsabilidades, el estoico necesita reevaluar su papel en su vida diaria.


Los videojuegos como entrenamiento para la mente estoica

Si bien no sustituyen la práctica filosófica, muchos juegos ofrecen desafíos que ponen a prueba virtudes como:

  • Paciencia: Los juegos de estrategia y los juegos de rol requieren espera, planificación y pensamiento a largo plazo.
  • Resiliencia: En juegos competitivos o difíciles, la derrota es inevitable; el estoico aprende a afrontarla sin frustrarse excesivamente.
  • Racionalidad bajo presión: Tomar decisiones rápidas en situaciones de riesgo manteniendo la calma es un ejercicio de autocontrol.

Así como un atleta entrena su cuerpo, un jugador consciente puede usar los juegos para entrenar su mente, siempre y cuando no pierda de vista el hecho de que el objetivo final es la virtud, no solo la victoria virtual.


El peligro del apego y la dependencia

Epicteto advirtió: «Lo que importa no es lo que te sucede, sino cómo reaccionas». Aplicando esto a los videojuegos, el problema no es el juego en sí, sino nuestra relación con él.
Cuando los videojuegos dejan de ser un pasatiempo y empiezan a dominar nuestros pensamientos y acciones, se produce una pérdida de libertad interior, y el estoicismo valora precisamente lo contrario: la autarquía o la autosuficiencia emocional.
El riesgo aumenta en juegos con mecánicas de recompensa inmediata (cajas de botín, sistemas de progresión infinita), que pueden atrapar al jugador en un ciclo adictivo. El estoico necesita identificar estos patrones y aplicar la disciplina para romperlos.


Elegir juegos que fomenten las virtudes

No todos los juegos ofrecen la misma calidad de experiencia. Algunos fomentan la cooperación, el pensamiento estratégico y la reflexión ética.

Ejemplos:

Juegos de estrategia: desarrollan la planificación y el análisis crítico.

Juegos de rol narrativos: pueden explorar dilemas morales y cuestiones de virtud.

Juegos cooperativos: fomentan la empatía, la comunicación y el trabajo en equipo.

Un estoico podría preferir juegos que, además de ser entretenidos, sirvan como entrenamiento indirecto en cualidades útiles para la vida real.


El estoico y el equilibrio en la era digital

La vida moderna ya nos expone a estímulos excesivos: redes sociales, notificaciones constantes, contenido interminable. Añadir sesiones de videojuegos largas y descontroladas puede generar una sobrecarga mental y reducir nuestra atención a asuntos verdaderamente importantes.
Por lo tanto, el estoico ve los videojuegos como un “sabor” en la dieta de la vida: útiles y placenteros en pequeñas dosis, pero perjudiciales si se consumen en exceso.


Los videojuegos como herramienta, no como escape

El estoicismo no condena el ocio, sino que lo invita a ser consciente. Jugar videojuegos puede ser perfectamente compatible con la filosofía estoica, siempre que:

No interfiera con obligaciones o relaciones importantes.

Se practique con moderación.

Contribuya, directa o indirectamente, al desarrollo de las virtudes.

En definitiva, los videojuegos, como cualquier otra forma de entretenimiento, deberían ser un medio para enriquecer la vida, no un fin que la consuma.

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