En el torbellino de la vida moderna, donde la ansiedad y el estrés parecen ser la norma, una sabiduría ancestral resurge con una fuerza impresionante. Una herramienta tan simple como poderosa, capaz de transformar nuestra percepción de la realidad y guiarnos hacia la tranquilidad.
El sonido familiar de una notificación. El brillo de la pantalla en la oscuridad. La necesidad de desplazarse por el feed, una vez más. En un mundo hiperconectado, estas experiencias se han convertido en la esencia de nuestra realidad diaria.
Este artículo ofrece una revisión histórico-crítica de las joyas y amuletos asociados (o asociables) con el estoicismo.
La disciplina es uno de los pilares más sólidos de la filosofía estoica y, al mismo tiempo, un elemento indispensable para quien busca la excelencia, ya sea en el entrenamiento físico, el trabajo o el desarrollo personal.
En un mundo marcado por la incertidumbre, las crisis globales y los desafíos constantes, el control emocional se ha convertido en una habilidad esencial para mantener el equilibrio y la salud mental. El estoicismo, una filosofía ancestral, emerge como una poderosa herramienta para quienes buscan resiliencia y serenidad en medio del caos.
Los videojuegos, que antes eran considerados únicamente un pasatiempo infantil, ahora ocupan un lugar central en la cultura y el entretenimiento global.
En los últimos años, la adultificación de los niños se ha convertido en un tema recurrente en los debates sociales, reavivando las discusiones sobre los límites, la educación y la exposición temprana.
En este artículo profundizamos en las Meditaciones de Marco Aurelio desde la perspectiva del estoicismo práctico y contemporáneo.
En tiempos de incertidumbre, crisis globales, inestabilidad económica y rápidas transformaciones tecnológicas, muchas personas buscan maneras más sólidas de afrontar la vida. Dos corrientes de pensamiento que han cobrado relevancia en este contexto son el estoicismo y el supervivencialismo.
Aristón de Quíos fue un filósofo estoico de la antigua Grecia, discípulo directo de Zenón de Citio, fundador del estoicismo. Nacido en la isla de Quíos, en el mar Egeo, Aristón vivió en el siglo III a. C. y es recordado por sus ideas radicales sobre la ética y la virtud.
